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Mostrando las entradas de 2020

Cemento Caído -Revista Idea Lista

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Cemento caído No voy a mencionar esa palabra, en tanto pueda evitarla voy a sentir que mi felicidad es completa. Aparecerá entre los comerciales, las pasarelas o la calle y, sobre todo, en una conversación humana que carece de intelectualidad y rebalsa de estereotipos. No me van a obligar a decirla y no es por capricho. Es, simplemente, que no le encuentro sentido. Aunque lo ignore, aunque lo aborrezca y lo borre de todos los rincones siempre se filtra, como el azúcar en el té. Yo le digo a mamá que lo quiero amargo, pero se le cae un poco, lo vuelca inconsciente y me dice: —Todos necesitamos un poco de dulzura de vez en cuando. — ¡No! Yo no la necesito, no entiendo ese fanatismo estúpido, llévense su diabetes hacia otro lado. Déjenme sola y sin caries por un rato, llena de… de ácido. Sí, me gusta el ácido. — ¿Por qué no te movés un poco? Estar sentada tanto tiempo te va a hacer… — ¡Pero estoy desayunando! ¿Querés que desayune parada? Conversaciones que nunca suelen terminar bien. Me s...

Historias para salir

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"Diecinueve personas que participaron de distintos talleres a través de diversas plataformas, con un sinfín de ocupaciones extraliterarias, en definitiva, diecinueve vidas que se comprometieron con la tarea de escribir". Historias para salir es la libertad que surgió del encierro físico, para no permitirnos el encierro emocional. Historias para salir es la construcción de nosotros frente a una problemática: no dejar ir las palabras, tener el capricho de plasmarlas. Dentro de esta hermosa y dinámica antología, historias para salir, se encuentra mi cuento: "¿Ser fracasada es un talento?". Y claro... mientras lo escribí supe responderme esa pregunta: ¿Ser fracasada es un talento? Nació así, de esa inquietud. Si el fracaso estará o no en el sueño de cada niño, como meta inalcanzable quizás, como una posibilidad positiva y aceptable, si el fracaso se hallará, dentro de unos años, como una profesión irremplazable, eso es lo que plantea en sí mi relato. Quizás lo que se ca...

Riqueza interior -Revista Katabasis

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Riqueza interior -Publicado en Revista Katabasis.     —Me importa poco si tiene bacterias, quiero tragarme todos los virus del mundo —dije. Tenía un sabor a cáscara de banana, olor a mandarina, palitos salados, cebolla y pescado crudo, no era sushi. Era un filet de merluza berreta que tocaron ligeramente para ponerlo en la asadera, luego se arrepintieron de tan horrible, acuoso y remojado, ¡insulso!, ¡casi vomitivo! Contuvieron las arcadas y finalmente pidieron unas pizzas. Para pagar el  delivery  tocaron el billete de cien y luego el de quinientos, y así es como uno puede explicar con certeza el origen de lo recientemente ingerido. Acabo de devorarme y casi deglutirme esos billetes, ¡en mi vida había probado cosa más rica! ¡Se los aseguro! ¡Nada se compara! Sentís una erradicación de impuestos en el paladar, una ganancia sin inversión en la laringe y una posible faringitis de todos los virus que te comiste. Quiero desprenderme de esta necesidad, pero aún siento com...

Martes y sus travesuras Revista kilómetro 0

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CUENTO | Martes y sus travesuras Por Antonella Corallo No es algo programado, juro que no miro el calendario, es más, me alejo de ese conjunto de números inquisidores, que parecen salirse del rosal morado, saturado y editado por la impresión ordinaria que le hizo el hombre oriental del vivero, pero aunque intente cambiar la rutina, el mismo día cae sobre mis hombros. No estoy hablando de ningún suceso en particular, si fuera así me quedaría tranquila, el problema es que este martes se fue por el inodoro, desconozco cómo llega al baño, y si bien no lo siento muy lógico, tampoco lo veo imposible. Resulta que no se decide, si te vas por el inodoro te vas y no volvés más, el problema es su regreso, se acomoda nuevamente en la sintonía, habla con el sábado del clima, se hace el tonto, como si no hubiera derrapado, como si no hubiera enloquecido, lo hace siempre, es más común su desatino que sus disculpas, mal actuadas encima: —Juro que es la última vez, solamente hoy y después no lo hago nu...

El transpirar de las lagartijas Revista kilómetro 0

—Se trata de besar el piso, pero un beso seco, cortito. —¿Seco? —Sí, que no quede saliva, besas despacito, un toque y subo. —¿No es un toque y me voy? —En este caso no. —¿Y si tiene gérmenes? —No importa, igual lo besas, ahora por eso vas a hacerlo cinco minutos más —ordeno, y pone cara de sufrimiento. Pocos suelos son besados y por ello existe la flojera de brazos, la gente se dedica a besar cosas fáciles: guanteras del auto, frentes afiebradas y, sobre todo, la gente se dedica a besar labios. Por eso estamos como estamos, después pretenden actividad, emoción, movilidad, ¡adrenalina! Inmersos en una costumbre fugaz y transitoria, donde no importan las maneras o las formas, siquiera con qué persona; si masculino o femenino, si alto o petizo, ¡los besos siempre son los mismos! Terminan en un tiempo determinado, se apartan de la fantasía cuando uno de los dos tiene que ir al trabajo, o al baño… se vuelven constantes, ¡rutinarios! Tienen la misma anatomía, quedan siempre en el cuerpo y no...

El hijo que no es hijo -Revista primera página

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El hijo que no es hijo de María, sorprendentemente, tampoco es hijo del Espíritu Santo. El hijo este, del que hablo, tampoco es hijo de Jesús. —No es hijo de Cristo —aseguran varios psiquiátricos. El hijo casi desgarbado y hambriento no es hijo de José el carpintero, tampoco de un José cualquiera, o de un José panadero, en absoluto. El hijo que no es hijo de Buda, y no se le puede adjudicar ninguna religión oportuna, no es hijo del judaísmo, tampoco del vudú. —Es hijo —dijeron los médicos—. De alguien es hijo. “Por supuesto que es hijo”, pienso. Es hijo del viento, de la luz, ¡del cielo! Hijo de un mono, y ahora, por consecuente, es un mono evolucionado; sin tanto pelo, más frágil, bonito y tierno, parece llorar junto a la madre, pero de todas formas no sé de quién será hijo el desgraciado. Es hijo, por supuesto, del presidente, cuando éste nos brinda amparo… Todos somos hijos de alguien o algo. Yo, por ejemplo, de lunes a viernes soy hijo de mi jefe. Me trata de dar órdenes y criar en...

Silencio, sin aplausos

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Siempre me voy a encontrar con lo mismo, tampoco quiero que salga un alce, un cuervo, o un mapache, pero lo cierto es que al principio cualquier cosa es divertida, ahora cuando va pareciendo casi amenazante el mismo recorrido, la misma galera negra con la cintita violeta, y la gente alrededor aplaudiendo, admirando lo predecible, se complica. — ¡Basta! Tírenme tomates —grito. Es casi una acción mecánica, que consiste en chocar las palmas, hacer un ruido irritante y finalmente, por algún motivo inexplicable, sentirme satisfecho al escucharlo. Jode nuestra psicología esperarlo todo el tiempo. ¡Lo confirmo! Enfrento a que el grupo de magos reservados que no hablan de su vida privada me tilden de desubicado. Ya que estoy confesando frustraciones atípicas describo la primogénita: los magos no soportamos que nos aplaudan. Si sabrán mis oídos el sonido crujiente y meditabundo originado en el tímpano, sucumbe las palabras críticas y constructivas por una devoción estúpida, y entonces no para, ...

Envidio -AntonellaCorallo

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  CUENTO | Envidio Por Antonella Corallo Todos en algún momento de nuestras vidas nos concentramos en la circunferencia andante, cruzando distancias, dividiendo calles, desplazando con un ligero revoloteo las tecnologías, la modernidad y las ganas de caminar. No niego que es grato, sí que es grato, placentero como una tarea motivacional, en donde las rodillas, amigas de mis emociones, comienzan a flaquear, a desvincular la falsa consigna que nos enseñaron: —Nunca miren al de al lado. Me quedé con el ojo desviado, por culpa del musculoso ese, ¡tarado! Exhibiendo su buen manejo, se hacía el experimentado, pero cuando no lo veía, el inmaduro tocaba la bocinita. “Andar en bici”, qué verbo más rebuscado, uno no anda en bici, a uno lo sientan en la bici desde que cumple 5 años. Y vos decís: —No puedo. E igual te empujan al acantilado, ¡bah! Al menos eso pasó en mi caso, el médico les advirtió a mis papás que no era muy efectivo lanzarme al vacío, pero ellos no escucharon… —Si andas en bi...

Tengo un duende que me explota

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  Nadie pensó en nosotros cuando pronunciaron esa frase, mucho menos en nuestro insomnio. Desde que nací nos enseñaron el extraño ritual para dormir, ¡no es cualquier cosa! Es una conexión especial, mística y desinteresada con el   «Duende diminuto».  El Duende diminuto piensa en nosotros se compadeció de nuestro insomnio, por contrario a los rumores que se inventan, él si piensa en el bienestar colectivo.  Ritual para dormir: consiste en la confección de esas cosas cuadradas y profundas que parecen eternas, igualmente lo prefiero, al lado de mirar un punto fijo y no hacer nada...  No las usaría ni soñando y no es porque no pueda tener sueños, sino porque son inútiles.  En fin, son las 2 AM y todavía me faltan los bolsillos, la calidad no tiene importancia mientras evite la presencia de agujeros. Un día de estos me voy a cansar y voy a dejarlas como coladores, a ver qué pasa…  El Duende diminuto es muy considerado, porque si quisiera podría matarnos, s...